Reflexiones
de Medio Día (22-03-2014)
Hora: 9.15pm
Miguel
es un hombre de unos 50 años, vive en un condominio con su esposa y dos hijos, pero
su relación con sus vecinos no es nada positiva, en un principio prefiero
quedarse callado y decir nada, pero en
los últimos días la situación es cada vez más conflictiva e inmoral, hasta que
un día realizo una fuerte critica a sus vecinos y estos lo llamaron “grosero”.
El
llego a esta conclusión:Vivir
en condominio es como coexistir en la puerta del infierno.
Pero
es idea que cada persona vive con la perspectiva de la solidaridad y el respeto
es una utopía, donde cada propietario o inquilino busca controlar espacios,
sacando provechos económicos y
manifestando su necesidad de tener poder.
Siempre
he pensado, que el hogar es el sitio de
paz y tranquilidad, pero este condominio
es un lugar de luchas por el espacio, donde el más apto y mas abusivo vence y
logra sus objetivos; es por ello que la privacidad es quizás el logro quemas
defiendo en mi familia.
Mis
vecinos son como una congregación, que uno siempre busca sacarle el cuerpo,
como:
La
señora “Australia”, que vive en la planta baja, ella dice ser maestra, cosa que
pongo en duda, pero es la única que puede reclamar en el edificio, que exige
cuotas especiales para pintar y remodelar en cada época navideña, pero son su
nietos los que ensucian las paredes, pero jamás le hace un llamado de atención
a sus pequeños descendientes.
El
señor “Observatorio Cagigal”, un abogado jubilado una especie de “Maestro
Obiwan”, que se la pasa en el balcón de su apartamento, verificando quien llega
y quien sale, cuando estaba al frente del condominio manejaba a su gusto el
control del agua su beneficio y abuso, mas de una vez cerro la llave del agua
por un disgusto con un vecino y la abría cada vez que llegaba su señora esposa
para esta se bañara, y había una leyenda urbana que tenía un negocio con el servicio de tvcable,
con el tiempo se descubrió que no pagaba la luz
porque su apartamento estaba pegado al medidor del edificio.
Es
también de mencionar a la familia dispareja, la “señora de los gatos”, en la puerta del apartamento tenemos una cría
de gatos, pero los felinos están en la afuera de su propiedad, lo que provoca
que el pasillo siempre se encuentra lleno de comida, orines y excrementos de
este animalito, su señor esposo el “cara sonriente” cuando debe en el
condominio ni la cara se le ve, pero cuando está al día humilla al moroso y la
final su hijo un hombre de más de 30 años de edad , un estilo Bart Simpson pero
ya maduro, que todos los fines de semana en especial los domingos desde las
11am y casi 5 horas después coloca la
música a todo volumen sin importar el descanso de la mayoría de los que vivimos
es ese espacio.
Es
digno de mencionar “el bravucón”, que por motivos de su trabajo dos semanas en
su labores y las otras dos en su hogar, y parece que anuncia su llegada con una
tremenda fiesta, que termina lanzando botellas y vasos ambas de vidrio en el
piso de la entrada, pero cuidado quien le reclama porque hay problemas.
Otro
elemento es el “el señor Hugo”, este caballero de unos 60 años, es el mejor pagador del edificio, mantiene su
cuenta al día y en muchos casos su pago
adelantado, pero utiliza esta acción para exigir y utilizar más de un
aparcamiento, sus tres hijas ocupan
otros estacionamientos y hasta se da el lujo de reubicar los carros de otros
vecinos, para poder vigilar sus automóviles.
Se
prefiere pagar una cuota para pintar, pero jamás alguna recolección cuando hay
necesidad de agua.
Hay
morosos buenos que no se les exige el pago, pero hay otros que se les exige
públicamente el pago, eso son los morosos malos.
Miguel
simplemente ha optado por llegar a su hogar y encerrarse con su familia y más
de una vez ha pensado:”Adan no tenía vecinos, que dichoso”…
Son Reflexiones de Medio Día
Msc. Ronal Julio Bravo Semprun
rjbs71@outlook.com
Twitter: @Reflexionesmd71
Maracaibo/Edo.Zulia/Venezuela