Reflexiones de Medio Día
(10-04-2019)
Hora: 8.35 PM
Desde
semanas previas, me dedique a revisar vídeos de Youtube, para ver la mejor
forma de ganar espacio en cada rincón de la maletas, además vendí mucha ropa ,
libros y calzado que ya no iba a poder llevarme, para así simplemente poder traerme
a Chile lo que verdaderamente iba a utilizar.
Mi
hija vendió sus muñecas, dejo sus libros de la niñez y lo que más le dolió abandonar
a su “Todd”, que era su juguete preferido, un muñeco de bebe rubio con una gran
sonrisa, que desde pequeña la había acompañado en viajes a la isla de Margarita,
a Mérida y a Caracas.
Mi
esposa vio con tristeza como sus instrumentos musicales; su cuatro, su mandolina,
su guitarra y sus instrumentos de percusión,
sus CD de música, sus zapatos y mucha ropa se quedó sin espacio en su maleta.
Sin
importar lo que se intentó hacer, muchas cosas valiosas, se quedaron, se debió
escanear muchas fotos, documentos académicos y fotografiar algún elemento que tenían
algún valor para nuestra vida en familia, porque estos recuerdos se llevarían en
un pendrive y otras se almacenaron en la nube.
Así
mismo debimos preparar, el Kennel de Luna, asegurarlo con tiraje, ponerle al
piso varias láminas de sobre cama y colocarle un depósito para el agua, además de
ponerla sin comer 12 horas antes de tomar el vuelo.
Debo
reconocer que sirvió de muy poco ver estos tutoriales de Youtube, porque las
maletas se llenaron rápidamente, pero muchas cosas materiales se quedaron a
esperar que alguien les diera uso en Venezuela.
Mi
suegro nos invitó a comer, como gesto de despedida hacia su hija y su nieta, debo
reconocer que al principio no quería ir, porque había mucho que hacer con las
maletas, los bolsos de mano y preparando a Luna, pero me pareció después muy
significativo, comerme unos perros calientes y ver la ciudad en estos últimos momentos.
No
dormí esa noche, organizando cada
detalle, debíamos estar listos a las 3 am en el aeropuerto, para embarcar a
luna de primero y esperar la salida del vuelo a las 7am.
Definitivamente
una vida, no se puede resumir en una noche, ni en una maleta, las cuales estaban llenas de
ropa, calzado, papeles, dispositivos electrónicos y muchas cosas más, pero
nuestro corazón que alberga la alegría y la felicidad que es la principal
maleta estaba vacío y destrozado.
Sonó
una corneta, era nuestro transporte al aeropuerto
(Tomado
de mi libro “Ciudadano del Mundo”)
Son
Reflexiones de Medio Día
MSc.
Ronal Julio Bravo Semprun
Twitter:
@Reflexionesmd
Instagran:
@Reflexionesmd
Santiago
de Chile/Comuna San Miguel/Chile
NOTA:
SE PROHÍBE LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE ARTÍCULO SIN LA AUTORIZACIÓN
DEL AUTOR
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