Reflexiones de Medio Día: ESCAPE DEL ABISMO

viernes, 1 de junio de 2012

ESCAPE DEL ABISMO

Reflexiones de Medio Día (01-06-2012)

Hora:11.09 pm

Es cierto, el no tener automóvil es una tragicomedia casi griega, se sufre en el metro, se sobrelleva el carrito por puesto y se tolera en autobús, pero es como caer en un sumidero abstracto, sin sentido de la existencia, como un drenaje de la irracionalidad, la evacuación de la coherencia y la bienvenida a lo absurdo.

Siento que cada vez que me bajo de alguna de estos estilos de transporte pierdo algo de cordura, hasta me digo en algunos casos, porque no hay una botellita de cianuro para no aguantar más este castigo de la providencia, quizás es alguna maldición del periodo feudal por algún antepasado siniestro.

Aquí algunas vicisitudes que desprecio del transporte público:

· Que algún usuario utilice su MP3 o Ipod sin los audífonos y me obliga a escuchar su música.

· El pasajero vecino que me cuente su afligida vida y me baje el ánimo.

· Encontrarme con un frustrado de la vida que pelea con todo el mundo.

· El inconsciente que se monta con un vaso de lleno de alguna bebida y que en algún frenazo, lo deja caer en mi camisa para solo decir disculpa.

· El ladrón que intenta silenciosamente despojarme de la cartera, que me cara de tonto al verse descubierto para solo decir ”yo no fui”.

· El niño que llora en mi oído, generando un pánico en mí, pero su madre ni se inmuta por él.

· Ver como muchos hombres se olvidan del respeto a la mujer, al adulto mayor, a la embarazada y al discapacitado, forzando su viaje de pie.

· Los agentes policiales, nunca aparecen ni paran el autobús cuando hay un atraco.

· Los idiotas que manipulen su celular de última generación y nos expongan a un atraco masivo.

· Los vendedores de golosina, enfermos, cristianos y demás entes ambulantes, que nos piden dinero como si no supiéramos que es para su vicio.

Debo reconocer, que si me quejo tanto debería buscar la forma de adquirir un automóvil, pero este desahogo es simplemente un salto a ese abismo absurdo que en algunos casos se convierte la vida.