Reflexiones de Medio Día
(30-03-2018)
Hora:
1.30 PM
Mi inolvidable abuela Olga
Mi
inolvidable abuela Olga, tenía una forma de decir las cosas, que nos mostraba
de manera muy peculiar de analizar y expresarse sobre cualquier realidad, ella muy seria o muy sonriente, nos indicaba una
enseñanza y una máxima a seguir.
Ella
tuvo unos orígenes muy humildes, por lo tanto, no tuvo estudios formales, pero aprendió
a leer, escribir y las operaciones básicas, gracias a una vecina que le ayudo,
pero tuvo una gran sabiduría y gran templanza, que haber tenido oportunidad hubiera sido una gran abogada o médico.
Repaso
que me había separado y posteriormente me divorciaría de mi primera esposa,
estaba muy deprimido por el fracaso de mi matrimonio y me dijo:
“Lo
que fue, es como si no hubiera existido”
Con
esta frase denotaba, que uno no debía dejarse
afectar por malas decisiones, porque simplemente ya había sucedido, así mismo, a
ella nunca le gusto esta nuera, pero jamás se quejó, constantemente dejaba que
tomara mis decisiones sin importar que fueran aceptadas o erradas.
En
el año 1988 el ex presidente Carlos Andrés Pérez, ganaba por segunda vez la
presidencia de Venezuela, ella nunca le gusto Acción Democrática, más bien se
identificaba con COPEI y más específicamente con el Dr. Rafael Caldera, pero
esa noche de Diciembre el Consejo Supremo Electoral anunciaba el resultado:
“Van
llorar lágrimas de sangre”
Ella
con esto planteaba, que a veces las determinaciones que nos las correctas,
siempre tienen consecuencias muy negativas y así fue, vino el famoso paquete
neoliberal, El Caracazo y el golpe de estado del 4F y no se equivocó todavía lloramos
lágrimas de sangre.
“La
mejor palabra es la que no se dice”
Una
vez con un vecino, tuvo un problema, ella tuvo una acalorada discusión y para
acaba con la conversación, le lanzo la frase, que simplemente perseguía con el
objetivo de terminar una conversación infértil y sobre todo sin importancia.
“Cuando
se puede se puedo y cuando no, no se puede”
Cuando
era niño, siempre quería que me consiguieran de todo, algún juguete o una que
otra golosina, ella en algunos casos me compraba y en otros no, ella fue perennemente
muy acuciosa con el dinero y no le gustaba el derroche, situación que trato de
enseñarle ahora a mi hija.
Ella
tenía un decir para cada situación, pero que envolvía una gran sapiencia y
sobre todo muy clara del momento que vivía,hoy en día hay momentos que me
pregunto que hubiera dicho, en alguna circunstancia que me toca vivir a diario.
Mi
abuela Olga, palabras que expresan su vida
Son
Reflexiones de Medio Día
MSc.
Ronal Julio Bravo Semprun
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Santiago
de Chile/Comuna San Miguel/Chile
NOTA:
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