Reflexiones de Medio Día
(06-04-2018)
Hora:
3.10 PM
El
Chalet Suizo de Maracaibo fue un restaurant zuliano, que se habituaba a un
lugar de los Alpes de ese país europeo, un sitio muy bonito, con buena atención,
en
cual fue muy visitado, para convertirse ejemplo en una época crecimiento del
siglo XX venezolano, hasta que cerró sus puertas a finales del año 2001.
Este
local lo visite en varias oportunidades, acompañado de diferentes féminas, debo
reconocer que me gustaba mucho, la comida era muy sabrosa, el lugar era bien
distribuido, había música clásica de ambiente, sus mesoneros eran vestidos con unos trajes muy
al estilo típico suizos y la
atención era lo mejor.
Para
este lugar lleve a cenar a una colega llamada Sabrina, ella era profesora de biología,
pensé que la iba a pasar bien, pero toda la noche me la paso hablando de sus
padres, de los años que han pasado juntos, que su matrimonio era un ejemplo a
seguir, que se quería casar pronto, que no creía en noviazgos largos, que
deseaba tener hijos rápido para verlos crecer, al principio era interesante escucharla,
pero al final me fastidio mucho, pedí la cuenta rápido y la lleve a su casa con
su padres.
Después
invite a una hermosa morena llamada Iraida, que era hermana de una amiga, ella
en apariencia era educacada y muy simpática , pero de entrada pidió cerveza,
cuando llevábamos 3 rondas tomadas, perdió
todo sentido de la decencia y parecía que estaba en una venta de perros
calientes por el barrio el gaitero ,empezó a maldecir en voz alta, criticaba
todo del lugar, a burlarse del traje de los mesoneros y como la comida se
tardaba en llegar según ella, cuando probo la comida dijo que le habían puesto
orines a la suya, yo no sabía dónde meter la cabeza, éramos el centro de la
noche, como pude termine de cenar y la muy muérgana se fue sin despedirse de mí.
El
tercer caso fue Rosalinda, una supuesta tímida profesora de religión, que
invite a cenar, con la intensión de quitarle esa timidez, pero que va, paso
toda noche hablando de sus ex novios, el fisioculturista que fue quien le quito
la virginidad, del músico que le enseño a hacer tríos, del ingeniero que la
llevaba a una parte oscura de un parque en su carro, la de un abogado que era
una versión latina de las “50 sombras de Grey” y hasta de una relación muy “cercana y amorosa”
que tuvo con un sacerdote, esa vez literalmente comprendí en vivo que las
apariencias engañan.
El
Chalet Suizo cerró sus puertas, con eso tuve que buscar otro sitio, donde
llevar a comer a algunas amigas cercanas, pero siempre había otro lugar donde
pasar el rato.
Son
Reflexiones de Medio Día
MSc.
Ronal Julio Bravo Semprun
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Santiago
de Chile/Comuna San Miguel/Chile
NOTA:
SE PROHÍBE LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE ARTÍCULO SIN LA AUTORIZACIÓN
DEL AUTOR
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