ENTRE CALLES Y AVENIDAS

Reflexiones de Medio Día (21-06-2019)

Hora: 2.30 PM

Entre calles y avenidas de Santiago, salgo cada día a buscar trabajo, me consigo con miradas, con frases y con situaciones contradictorias, que nunca me había encontrado en la vida, pero de forma optimista pienso que es la forma de seguir adelante.

"De antemano, los chilenos no tienen la obligación de contratar extranjeros, el que lo hace simplemente porque  quiere ayudar"- me lo dijo un paisano en una calle Santiago mientras buscaba trabajo.

-¡De Venezuela! han llegado harto de tu país-me dijo un señor de un restaurante-pero no dejes la hoja de vida, estamos completos.

Camino, veo gente, en cada lugar dejo una hoja de vida, lo más simple y resumido posible, con la esperanza de ser llamado y tomado en cuenta, pero lentamente uno se siente en el inframundo, donde no existo y simplemente soy olvidado.

No hay sitio de internet; que uno no revise, que uno no postule,  que llame por teléfono, desde Yapo, pasando por ChileTrabajos, paso horas revisando, la presión es fuerte, debo ganar dinero, debo trabajar algo y producir para mi hogar.  

Llamo a un aviso, estaban buscando alguien que entregara volantes, hable me puse a la orden, para mi sorpresa al cabo de una hora me llamaron, para entregar por el motivo del día de las madres, unos volantes por 3 horas diarias por 3 días.

Acepte y fui rápidamente, no había tiempo de pensar o ponerme exigente, iba a cobrar 5 mil pesos por cada uno de esos 3 días,  llegue temprano, a la zona del metro de Manquehue, para un tienda de antigüedades, detalles y regalos ,para más que todo la clientela eran mujeres.

Me colocaba en la salida de dicho metro,  entregaba los volantes de buena manera, con una sonrisa y hasta el último, converse con mucha gente, con chilenos que me preguntaban por la situación de Venezuela, con muchos paisanos que tenían el gesto de acercase y hablarme.

Terminada la labor iba hasta la tienda, la señora me pago, el ultimo día le deje una hoja de vida, hasta me puse en disposición para cualquier cosa, ese primer día llegue al supermercado, compre pan, queso y hasta un chocolate para mi hija.

Me sentí bien, poder trabajar, ganar de forma decente un dinero, para poder seguir adelante y atender a mi familia.

Entre calles y avenidas, esa fue mi primera pega

(Tomado de mi libro “Ciudadano del Mundo”)

Son Reflexiones de Medio Día

MSc. Ronal Julio Bravo Semprun

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Santiago de Chile/Comuna San Miguel/Chile

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