Reflexiones de Medio Día
(17-09-2019)
Hora:
2.30 PM
A
lo largo de estos meses en Santiago, he llegado a la conclusión; que si me
encuentro a algún paisano y si hay oportunidad lo saludo, le oriento si me lo pide y le deseo
siempre lo mejor, pero tener a un compañero de trabajo a un venezolano, en la mayoría
de los casos es como tener al más compleja ladilla y de paso silencioso.
Cuando
he trabajado con algún paisano, siempre me encontré con los que saben todo y
que son más chilenos que Don Francisco, quieren darte orientaciones y tips de cómo
vivir en Chile, hasta se molestan cuando uno no los toma en cuenta, pero yo les
pregunto:
_
¿Y ya resolviste lo de la visa?
_
No- sin querer profundizar ni dar pista de su situación migratoria.
Cuando
llegaba algún nuevo trabajador al restaurante, que en la mayoría de los casos,
no tenían ni 1 un mes entendiendo lo que significaba a la palabra ”Cachai”,
siempre el Chef pedía que lo orientáramos de cómo era el trabajo y en muchos
casos le respondían:
_
Yo ya se- con cara de sobrado
¡Vergacion!
cómo es posible que sepas si hoy es tu primer día, más de uno echaba el carro,
hasta se le olvida hacer lo que tocaba hacer y la llamada de atención del chef era para el
grupo.
También
me encontrado con los paisanos, que pasan el rato, contando lo que eran y lo
que tenían en Venezuela, uno los escucha pero llega un momento que fastidian y
uno trata de ser respetuosos.
_Yo
era diseñadora de modas en Venezuela, trabaje para el miss Venezuela, conocí a
Osmel Sousa, llegue a manejar presupuesto de miles de bolívares cuando el bolívar
valía- me comentaba una paisana ya cuarentona que en el restaurante era
asistente de cocina.
Caramba
la primera vez la escuche atentamente, la segunda vez volví a escucharla, pero después
de horas de trabajo, cansancio y con ganas de irme a mi casa con mi familia,
simplemente me llegada a una sensación de aburrimiento.
Recién
llegado siempre busque comercios que atendían venezolanos, para ser solidario
con mis compatriotas como barbería, minimarkes y peluquería canina para Luna,
pero lentamente descubrí, que los cobraban más caro que los chilenos cualquier
servicio.
_
Para ti 12 mil pesos- me dijo un paisano barbero.
Pero
después descubrí que el mismo servicio me lo podía hacer sin ninguna diferencia
un chileno, en pocas palabras estaban trayendo a Chile su mentalidad de
bachaquero y de abusador de los precios.
También
me encontré con muchos paisanos, que eran en su mayoría, trabajadores, humildes y con muchos sueños.
Seguimos
en la lucha
(Tomado
de mi libro “Ciudadano del Mundo”)
Son
Reflexiones de Medio Día
MSc.
Ronal Julio Bravo Semprun
Twitter:
@Reflexionesmd
Instagran:
@Reflexionesmd
Santiago
de Chile/Comuna San Miguel/Chile
NOTA:
SE PROHÍBE LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE ARTÍCULO SIN LA AUTORIZACIÓN
DEL AUTOR
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