Reflexiones de Medio Día
(10-09-2018)
Hora:
7.30 PM
Estando
en la universidad, conocí a Eduardo, él estudiaba Comunicación Social, hicimos
una buena amistad, le gustaba el futbol, eran tardes de una buena conversación de
mundiales, jugadores, chicas y de cómo aspirábamos que fuera el futuro.
Él
tenía una novia que se llamaba Cali, sin razón aparente un día ella termino se
le detallaba algo deprimido, se me ocurrió la idea de presentarle una amiga,
esta se llamaba Estefanía, sin imaginar que se iban a volver novios en menos de
una semana.
Debo
asumir que me sorprendió que en una semana, Eduardo cambio sentimientos, novias
y casa de visitas, un día hablaba de lo
bella , inteligente y atrevida que era Cali, para ahora hablaba de Estefanía diciendo
que era muy tranquila, preciosa y talentosa que era su nueva conquista.
Estefanía
y Eduardo en el año que duro su idilio de amor, se les observaba; comprometidos, amorosos y a cada rato se
juraban amor eterno, que eran el amor de su vida, hablaban de planes de matrimonios
y hasta de hijos.
En
muchos casos este tipo de amores, yo lo definía como “amor con tormento”, un día Eduardo recibió la noticia, de su ex ,
la cual lo desarmo, se le notaba confundido, porque el regreso de Cali a su
vida, le hizo dudar de todo lo que supuestamente sentía por Estefanía.
Eduardo
con tantos pensamientos, dudas y lamentaciones, paso casi un mes sin visitar a Estefanía, en
una época donde no había celular, ni redes sociales, eran el presagio que la relación no tendría ese
final feliz como lo habían prometido públicamente.
Mi
amigo a pesar de las dudas y apenado por lo que le estaba haciendo a Estefanía,
fue hasta su casa, para dar la cara, hacer lo correcto, reconocer su error y
terminar su relación , para poder regresar con Cali de forma definitiva.
Llegando
a enfrentar su destino, se llevó la sorpresa que Estefanía tenía otro novio, si la dulce, tranquila y dócil
chica que no rompía un plato, también había hecho su parte, esta simplemente al
verlo le dijo:
_
¿Y qué creías? ¿Qué te iba a esperar toda la vida?
Si
Eduardo hubiera sido el personaje de las tiras cómicas chilenas “Condorito”,
simplemente cae para tras , hace un “PLOP”, simplemente se sonrió y se retiró
del lugar, nunca más volvió, mas nunca se volvieron a ver.
Hoy
en día el está casado con Cali y forman una bonita familia por la madre patria.
Pero
como dice la canción del reguetonero Maluma,
felices los cuatro y así fue
Son
Reflexiones de Medio Día
MSc.
Ronal Julio Bravo Semprun
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Santiago
de Chile/Comuna San Miguel/Chile
NOTA:
SE PROHÍBE LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE ESTE ARTÍCULO SIN LA AUTORIZACIÓN
DEL AUTOR
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