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viernes, 5 de mayo de 2017

LOS REMEDIOS DE MI ABUELA

Reflexiones de Medio Día (05-05-2017)
Hora: 9.10 pm


Mi Abuela Olga

En estos días, mi hija padeció un raspón en una rodilla por estar patinando, era muy superficial, ella decía que le dolía mucho, busque el mentol Davis, le aplique un poquito y eso la tranquilizó, pase un buen momento recordando los remedios de mi abuela.

Cuando era niño mi recordada abuela Olga, siempre solventaba algún padecimiento con sus remedios caseros, ella era muy ingeniosa y tenía mucha sabiduría, pero ese conocimiento lo había obtenido con la dura experiencia de la vida y muy influenciada por la pobreza que sufrió en su infancia.



Siempre he sufrido de gripes que me afectan la garganta y más específicamente en las amígdalas, abuela siempre me preparaba en una tacita con agua tibia,le exprimía un limón y le colocaba una pizca de sal, debía hacer gárgaras, con varias repeticiones, tres veces al día, no creía mucho en esa pócima, pero milagrosamente ,ya a los días me sentía bien y la dolencia había desaparecido.




Abuela  siempre tenía muy bien guardado en su closet, su famoso “Mentol Davis”, en cual ella utilizaba prácticamente para todo: para un acabar con un grano de acné, para calmar un dolor de un golpe en la piernas, para curar una herida, para untar en el pecho o la nariz cuando había congestión nasal y por supuesto para estas enfermedades cesaban.




Cuando me aquejaba la tos, ella preparaba una especie de bebedizo, el cual tenía aceite de oliva, limón, cebolla, jengibre y miel, que sabía cómo el diablo, había de tomar una cucharadita después de cada comida, pero a los días, la tos se fue aflojando y lentamente terminaba con esfumarse.




Así mismo, cuando empecé a ejercer la docencia,comencé a  padecer mucho de difonía, perdía mucho el habla, ella me dada a chupar y masticar una rama llamada “Palomatia”, era muy amarga, pero ayudaba a aclarar la garganta y a los días la voz regresaba.


A los 17 años, cursando mi primer semestre en la universidad, me dio lechina, abuela se recorrió la zona donde vivíamos para buscar unas ramas de la mata de “Ratón”, según ella me debía bañar con agua que previamente se remojaban estas ramas de este peculiar árbol, esto provocaría que las bolitas de la lechina se secaran más rápido, cosa que así fue, en 5 días estaba muy recuperado.


Abuela nunca fue a la universidad, pero tuvo una gran sabiduría de vida, que me inspiro desde mi infancia,que todavía recuerdo con mucha nostalgia y que empleo en cada momento de mi existencia.

Son Reflexiones de Medio Día
MSc. Ronal Julio Bravo Semprun
Twitter: @Reflexionesmd
Instagran: Reflexionesmd
Maracaibo/Edo.Zulia/Venezuela


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